Recuerdan al poeta Omar Khayyam y sus “rubaiyat”, con lectura y comentarios

Culiacán, Sin., miércoles 14 de septiembre de 2022.

Comunicado de prensa No. 731

*En el Casino de la Cultura,  evocaron la vida del poeta persa de la fugacidad, el vino y el amor

Culiacán, Sin.- El gran poeta persa Omar Khayyam (1048-1131) fue recordado este martes en el Casino de la Cultura del Instituto Sinaloense de Cultura, con una lectura y charla sobre su vida y obra, a cargo de un grupo de lectores y admiradores de su obra cumbre el “Rubaiyat”, como parte del programa “El Ala de la Gaviota”.

Los comentarios estuvieron a cargo de los poetas sinaloenses Rubén Rivera, director del Casino de la Cultura, y Víctor Luna, mientras que la lectura estuvo a cargo del actor Miguel Ángel Valencia, así como de Karim Moreno, Juan Soltero, Dheyma Brito, Lucía Oceguera y Ximena Tamayo.

Rubén Rivera recordó que Khayyam era astrónomo, científico y poeta, y el tema predominante en su poesía era la fugacidad, su convicción de que venimos del polvo y nos convertiremos en polvo, en cántaros formados por un alfarero.

Junto con otros poetas persas, Saadi y Dakiki, la fugacidad de la vida es una de las grandes temáticas, por eso hablan del amor, del vino y de las rosas, de gozar la vida antes de que fenezca.

Ellos representan esa dimensión de la desaparición del hombre, y por ello este homenaje al gran poeta, hoy vigente tras una pandemia que detuvo al mundo y nos cambió las estructuras del pensamiento, para decirnos que vamos en camino a hermanarnos con las cenizas de quienes nos precedieron.

Por su parte, Víctor Luna comentó el libro “Rubaiyat”, del cual hay muchas ediciones y que contiene las cuartetas (de ahí el título del texto, en persa), y habló de sus primeros contactos con su poesía, en pésimas traducciones, rimadas, en tiempos en que él “estaba peleado con la rima y la rima conmigo”, pues prefería el verso libre, sin embargo, lo retomó tras leerlo citado por Jorge Luis Borges.

Los rubaiyat tienen un repertorio temático muy variado, y destacan el disfrute del vino, el amor y el erotismo, la crítica a las instituciones (especialmente las religiosas), el nihilismo, la reivindicación del librepensamiento y del agnosticismo, incluso del ateísmo; la muerte y la sabiduría.