Ovacionan al croata Zoran Dukic por su energía, magistralidad y talento

* Brillante participación en el 15º  Festival  Internacional de Guitarra

Culiacán, Sin., Jueves 05 de Marzo de 2015

No. 172

El virtuoso  croata de la guitarra Zoran Dukic fue ovacionado de pie durante su participación en el 15º Festival Internacional de la Guitarra, tras el concierto que protagonizó el miércoles por la noche en el Teatro Pablo de Villavicencio del Instituto Sinaloense de Cultura, donde sorprendió a los asistentes con su habilidad técnica, su atractivo estilo y su fineza interpretativa en temas de Piazzola, Agustín Barrios y Manuel M. Ponce y diversos autores balcánicos.

El artista abrió su programa con seis miniaturas balcánicas, de D. Bogdanovic (1955), integrada por las breves piezas Morning dance, Lament, Vranjanka, Macedonian Dance, Wide song y Tiny-Knit Dance, que todas juntas no duraron más de ocho minutos, y que fueron interpretadas con acordes enérgicos y la caja de la guitarra usa como instrumento de percusión, así como un final explosivo.

Le siguió, de J. Malats (1872-1912) la Serenata Española, que ya desde su nombre indica mucho movimiento, alegría hermosa, sin restricciones y con una ejecución de primera. Una pieza, comentó el virtuoso, hecha para piano y transcrita a la guitarra por Francisco Tárrega.

Luego, del polaco Gerard Drozd (1956)  el delicioso Adagio opus 44 (Homenaje a J.S. Bach), una pieza con aires de jazz, para cerrar la parte primera con una selección de termas del paraguayo Agustín Barrios (1885-1944), la conocida Julia florida, y las menos tocadas Caazapá y Choro de saudade.

La segunda parte abrió con los tres movimientos de la Sonata No. 1, del compositor A. Ourkouzounov (1970), una pieza de corte modernista, en la que también se exploran las posibilidades sonoras de la guitarra más allá del rasgueo, con insistentes golpeteos y que cierra con un impresionante acorde con una sola mano, la izquierda, sobre las cuerdas en el brazo de la guitarra, que provocó los primeros grandes aplausos y ovaciones en el público, sorprendido de esa maestría.

Después, una evocativa y melancólica, Invierno porteño, de Astor Piazzolla (1921-1992) en un arreglo para guitarra de S. Assad), que se escuchó  como un alto en el camino para cerrar luego con  Canción y danza, de M. Tadic (1959), y que integran las pieza Chica de Macedonia, de corte descriptivo, y Walkdance,  ejecutada con limpidez y fortaleza y que provocó fuertes aplausos y  ovaciones de pie.

Concedió un extra, y fue a petición de uno entre el público, Rosita, de Manuel M. Ponce, que interpretó –“a ver si me acuerdo”- con gracia, soltura y magistralidad; un tema alegre, tipo polka, accesible y agradable al oído, que hizo salir al público con una sonrisa duradera en los espíritus.

Zoran Dukic (Croacia, 1969) es uno de los guitarristas clásicos más destacados de nuestra época. Sus interpretaciones, ya sea como solista o acompañado de orquesta, dejan imborrables huellas en público y crítica.

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