El dúo Lépine - Nieto demuestra su virtuosismo con el chelo y piano

Culiacán, Sin., Lunes 20 de Octubre de 2014

No. 1052

Ofrecen en Culiacán un programa variado dentro del Festival Cultural Sinaloa 2014

El canadiense Sebastian Lépine, con su violonchelo Stradivarius, y el mexicano Arturo Nieto Dorantes en el piano, mantuvieron en vilo al público que asistió en notable cantidad al Teatro Pablo de Villavicencio, para escuchar el programa Sonata Romántica para piano y cello, en el que incluyeron piezas de los siglos  20, europeas y latinas.

En el marco del Festival Cultural Sinaloa 2014 Una Nueva Época, que organizan el Gobierno del Estado, a través del Instituto Sinaloense de Cultura, y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, los músicos desplegaron buena técnica, virtuosismo y un repertorio difícil pero agradable, aún al más neófito.

Iniciaron con la Pasacalle  sobre un Viejo tema inglés, de la violista inglesa Rebecca Clarke (1886-1979), para continuar con la hermosa pieza Seis estudios, de Ralph Vaughan Williams (1872- 1958), mostrando su fineza y el buen nivel técnico, y el brillante sonido del violochelo Stradivarius, de gran colorido.

Luego, una concesión a la tierra natal de Nieto Dorantes, con el Tango, del mexicano Eugenio Toussaint, compuesta especialmente para estos instrumentos, a la cual siguió  Elegía, de R. Murray Shaffer (1933), una pieza que, a los aplausos generales, sumó el primer  bravo de los conocedores,  y la cual –a decir del pianista, quien hizo una introducción a cada pieza--  es una tema prácticamente inédito, hecho por el autor en su juventud y quien lo tenía olvidado, por lo que es un estreno en México y en este Festival.

Cerraron la primera parte con el tango Graciela en Buenos Aires, del italiano radicado en Argentina, José Bragato (1915), un autor que contribuyó con Piazzolla a la consagración del tango como música de concierto.

La segunda parte del programa fue hechizante y constó solo de la Sonata en La mayor, de C. Franck (1822-1890), en cuatro movimientos (Allegro ben moderato, Allegro recitativo fantasía, Ben moderato y Allegro poco mosso), una pieza difícil para ambos ejecutantes, que fue resuelta con equilibrio y virtuosismo, y que provocó una ovación final con medio sector del público de pie y todos aplaudiendo con entusiasmo.

Concedieron un encore, el Tercer movimiento de la Sonata para violonchelo  y piano, de Sergio Rachmaninoff (1873-1943), un  autor muy aficionado a componer para el violonchelo, que fue un digno cierre a este programa que el dúo presenta además en Los Mochis y Mazatlán.

El sinaloense, “un público muy acogedor”

En entrevista previa con los concertistas, en la que Arturo Nieto Dorantes fungió como traductor de Lepine, este comentó que un instrumento Stradivarius tiene un gran colorido, tanto que los sonidos de un violonchelo normal equivalen a tener dos lápices de colores primarios mientras que los de un Stradivarius es como tener mil lápices de colores a la mano. “Eso hace la diferencia”, dijo.

Indicaron que tienen 19 años tocando en dúo, y aunque participan en otras agrupaciones, “Lepine es el chelista con quien más he tocado y yo soy el pianista con quien él más ha tocado”, dijo Nieto Dorantes.

Dijeron que la mayoría de las piezas para esta noche son compuestas específicamente para piano y chelo, y las demás son transcripciones del violín o la viola, y el programa fue diseñado con piezas especialmente para este Festival.

“Estamos regenerando nuestro repertorio  y muchas cosas que no tocamos desde hace diez o más años, las estamos integrando en este programa”, informó Nieto Dorantes, a lo cual agregó: “siempre es bueno rejuvenecer y renovar repertorios”.

Los músicos, que se presentaron la noche anterior en Los Mochis, consideraron que el público sinaloense “es muy acogedor”, y agregaron que “la música no está hecha sólo para ser tocada en los grandes centros urbanos, sino para todo el mundo”.

Expresaron que combinar piano y chelo es difícil porque el piano tiene mucha extensión de volumen y podría “comerse” al chelo, por lo que hay que tener cierto equilibrio para que ambos instrumentos se escuchen, pero en lo general chelo y piano son un conjunto muy bello.

Sébastien Lépine es considerado un  violonchelista muy destacado en la vida cultural de Canadá, debido, entre otras cosas, a sus conceptos musicales únicos. Mientras que Arturo Nieto-Dorantes es un pianista brillante y prolífico, que  realiza presentaciones a nivel internacional como músico de cámara en recitales, y  como solista. 

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