Los Carnavales

Mazatlán celebra su fiesta máxima los cinco días que preceden al miércoles de ceniza: Así, de forma organizada  lo hacen año con año desde 1898 envolviendo de fantasía su realidad. Emerge un mágico mundo de singulares carnestolendas, fiesta tradicional que la población porteña siempre espera, predispuesta a la alegría y al espíritu que implica esta tradición. El sinaloense es un pueblo caracterizado por su bonhomía, alegría, y una festiva actitud sempiterna, que se refleja en lo bailador y su algarabía. Los carnavales mazatlecos son eufóricos, donde la alegría va empatada con la fantasía que el pueblo convierte en realidad; con un séquito de reinas, princesas y rey de la alegría, donde el culto a la belleza femenina se antepone a cualquier otro factor o circunstancia. Un distintivo de la fiesta de este carnaval lo impone el sello que ofrece el ritmo de la “banda sinaloense”; la música de la Tambora  regional que Sinaloa ha legado al mundo. Actualmente el programa del carnaval, como caso excepcional, incluye actividades de carácter cultural: certámenes de poesía, premio de literatura y espectáculos de enorme calidad artística, hay una reina de los Juegos Florales. La gran fiesta popular se escenifica en los Paseos de Olas Altas y el del Claussen, justo donde revientan las olas del Océano Pacifico. La avenida costera, en esos tramos, se cierra al paso de vehículos para construir en su interior un paréntesis a la vida cotidiana, una temporada de excepción en el que algunas reglas sociales se vuelven laxas, en el que situaciones que normalmente son mal vistas se toleran, eso es el carnaval.

 

Con más de 120 años de tradición fue en 1898 cuando el carnaval pasó de ser una celebración que de forma espontánea organizaban los habitantes del puerto, en aquellas fiestas de “la harina”, para llegar a una fiesta organizada por un comité civil, una “junta”, creada para este propósito. Rasgo que lo vuelve hoy día, en el carnaval más antiguo del país, entre los que se organizan bajo este formato.

 

Si bien la tradicional fiesta comienza el día jueves previo al inicio de la cuaresma, la celebración oficial se da el viernes culminando el martes, víspera del miércoles de ceniza. No obstante, el ambiente de fiesta comienza a percibirse muchos días antes, con las campañas de los candidatos a los reinados de Carnaval, de los Juegos Florales, Infantil y de la alegría o "Rey Feo". Preparan el ánimo carnavalero, provocando manifestaciones que, de vez en vez, inundan con su alharaca y bulla todos los rincones de Mazatlán. Poco antes del arranque de la fiesta, la Reina del Carnaval debió ser elegida. Para seleccionar a la beldad representante de tan singular monarquía, se han realizado toda clase de métodos, desde el típico concurso de belleza hasta la acumulación de votos económicos o corcholatas, hasta el arbitrario designio unipersonal.

 

 

Si bien cada evento, y cada momento es un derroche de tradición construida a lo largo de las décadas: elección, coronación y demás eventos. Es el desfile de carros alegóricos la culminación de las carnestolendas. Allí un desborde de creatividad e inventiva popular se expresa en las creaciones y recreaciones de fantasías interminables, que se conjugan entre las comparsas festivas del pueblo que participa. Otros Carnavales tradicionales aún vigentes en Sinaloa son los de Guamuchil, Angostura, Mocorito y Pericos. El Carnaval de Culiacán como tradición desapareció al mediar el siglo XX.