Evocan los primeros días de la danza contemporánea en Sinaloa

* Personajes fundadores participan en mesa redonda sobre los 39 años de esta disciplina

 

Culiacán, Sin., Jueves 16 de Abril de 2015

No. 314

 

“En aquel tiempo nos divertíamos haciendo danza como si fuéramos animales sin conciencia”, recordó Gil Sánchez, uno de los primeros bailarines de danza contemporánea en Sinaloa, al participar en la mesa redonda “Hace 39 años”, para conmemorar esos mismos años, con la creación de la Dirección de Investigación Y Fomento de Cultura Regional -DIFOCUR-  y el inicio de este género en la entidad al formarse el grupo Ta´a Yilerum.

 

Esta actividad se realizó en el marco del 29º Festival Internacional de Danza José Limón, que organizan el Instituto Sinaloense de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y se realizó en el vestíbulo del Teatro Pablo de Villavicencio con la presencia de Héctor Chávez Fierro, pionero de esta disciplina, Gil Sánchez, Rocío Judith Machorro y Jesús Rubio, integrantes de aquel grupo, y Lydia Romero y Jorge Domínguez, fundadores de Forion Ensamble, que dieron funciones en Sinaloa en aquellos años de fines de los setenta, y como moderador, Sergio Uzárraga.

 

“Vestirse con mallas en aquel tiempo tal vez no era bien visto”, siguió evocando Gil Sanchez, quien reconoció que, sin embargo, era mejor que vestirse con aquellos trajes de corte revolucionario con el Tacuarinero detrás, para seguir el rollo a las ondas revolucionarias de aquella época”.

 

Por su parte Rocío Judith Machorro comentó que “Héctor Chávez nos enseñó desde cero todo lo que debíamos hacer en escena para comunicar emociones y sentimientos; las clases eran seis días de la semana e incluían danza, improvisación, historia de la danza y de la música, entre otras materias; nuestro objetivo era difundir la cultura sinaloense, por lo que cual era indispensable conocerla”.

 

“Por entonces, a partir de 1977, nos presentamos más fuera de Culiacán que dentro, en lugares inhóspitos, debajo de los árboles o en escuelas, con gente muchas veces peligrosa que a veces nos aventaba cosas o nos decía cosas feas, pero a veces también nos decía cosas muy bellas”, dijo.

 

A su vez, Héctor Chávez  recordó cuando Sandra Calderón, primera directora y fundadora de DIFOCUR,  lo invitó en 1976 a trabajar en los talleres de danza folclórica y luego el de danza contemporánea. Para este último se lanzaron dos convocatorias y a mediados de 1977 dieron su primera conferencia – concierto didáctico: Técnicas, instrumentación y lenguaje de la danza contemporánea, con hasta 44 funciones en el auditorio del PRI, ante la ausencia de espacios (aún no se construía el Centro Cultural Genaro Estrada).

 

Luego vinieron piezas como Yori- Yoreme (septiembre de 1977), Nexos (1978), ¡Íngasu! (1978), creaciones del grupo en las que la voz de la culturas populares era evidente; e invitaron a otros personajes a trabajar con ellos montando: Oposiciones (1978) de Eva Zapfe, y El visitante (1978) de Jorge Domínguez.

 

Por su parte, Lydia Romero y Jorge Domínguez, hablaron de su quehacer dancístico en aquellos años y de su paso por Culiacán para colaborar en los proyectos de Chavez, a quien consideraron “un personaje clave para la historia de la danza contemporánea en Sinaloa y que hoy luce en todo su esplendor”.

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